MIAMI.- Inició su sueño en una pequeña finca y hoy, Del Valle Farms es un sueño que se desarrolla entre 360 acres destinados a la agricultura regenerativa de pastoreo orgánico. Nada mal para un emprendimiento que apenas cumple un año y que arrancó en pleno periodo de pandemia con el fin de promover el bienestar por medio de la comida saludable.
“Después de 30 años en Miami decidimos mudarnos al campo en busca de una vida más tranquila. Sin embargo, mi corazón sigue estando en la Ciudad del Sol, y por eso decidimos que toda la comida saludable que produjéramos aquí, en Ocala, sería llevada de regreso a nuestra comunidad en Miami”, dijo a Yaylisis del Valle, quien arribó al sur de la Florida desde su natal Cuba en una balsa junto a sus padres, cuando tenía apenas 3 años.
Sobre la emprendedora 644r60
Enfermera de profesión, pero campesina de corazón. La familia del Valle, liderada por Yaylisis, su esposo Ignacio y su hijo Lucas (3), se esfuerza por estrechar lazos con el público a través de un emprendimiento agrícola, pero que además busca informar y educar. Es por ello por lo que esta inmigrante se encarga en primera persona de distribuir sus productos, casa por casa, y de visitar los mercados agrícolas al aire libre donde las personas tienen la oportunidad de escoger sus productos y hacer preguntas relacionadas con la producción.
“La relación directa con la gente es parte fundamental de mi modelo de negocio. Como agricultora no quiero surtir a compañías gigantes, sino a las familias de a pie de Miami y sus alrededores, como la mía”, dijo Yaylisis del Valle, para quien una de sus grandes metas es educar a los consumidores del sur de La Florida.
“Quiero que la gente entienda lo importante que es conocer de dónde viene la comida que consume. Lo fundamental que es leer las etiquetas y de ese modo saber lo que sucede en la finca donde adquirimos los productos. Por eso, si tienen una granja cercana, apóyenla. Esa es la única manera de comer saludable y de que sepan más de las prácticas con las que se produce la comida que llevamos a nuestra mesa”.
Promoviendo el bienestar integral 352i7
Yaylisis del Valle asegura que si hay un alimento versátil y básico de nuestra despensa ése es el huevo, ya que posee un alto valor nutricional y es rico en vitaminas, minerales y aminoácidos esenciales. Es por eso por lo que, cuando compramos huevos es importante que las gallinas que los producen sean alimentadas de forma ecológica, es decir, con materia prima obtenida de la agricultura.
Y ese es el caso de la granja abierta de Yaylisis donde las gallinas tienen suficiente espacio para movilizarse, dormir bien, y comer bien, lo que hace que su producto final sea más saludable y sustancioso.
“Nuestras gallinas son transportadas cada dos días a un nuevo terreno para que consuman hierba fresca. Por otra parte, no las cercamos para que se desarrollen libremente, no toman antibióticos y nada de transgénicos, y su cuidado veterinario es especial para ellas”, dijo la campesina que orgullosamente procesa los huevos y pollos con sus propias manos para posteriormente distribuirlos en Miami, Broward, Gainesville, Ocala y Jacksonville.
“Fui enfermera pediátrica para las escuelas de Miami-Dade por eso los temas de salud me tocan de muy cerca. De ahí mi pasión por trabajar promoviendo calidad de vida”, dijo Yaylisis, quien reconoce que antes de mudarse al campo no consumía carnes.
“No comía carne roja ni pollo porque sabía a lo que eran sometidos los animales durante su proceso de producción masivo. Sin embargo, cuando comenzamos a producir nuestros pollos los probé y la digestión cambió totalmente. De hecho, conozco a personas con artritis y otros padecimientos que han hecho un cambio en alimentación y en muchos casos no necesitan medicamentos. Eso, como enfermera, me demuestra que la comida es la primera medicina para nuestro cuerpo.”
Consultada sobre el cambio de vida que la sacó de la ciudad y la llevó al campo a conectarse con la naturaleza a través de un emprendimiento familiar, Yaylisis compartió.
“Soy feliz, respiro aire puro, el estrés lo canalizo de otras maneras, y me hace feliz compartir esta renovación. Actualmente tenemos 800 gallinas ponedoras y cada semana procesamos alrededor de 100 gallinas criollas. Además, nada se congela, todos los productos son procesados e inmediatamente transportados a la casa de nuestros clientes. Y eso hace que el trabajo sea doblemente pesado.
Sin embargo, cuento con la ayuda de mi familia, sobre todo de mi padre, mi hermano, mi hermana Inalvis y mi cuñado David. Sin duda lo más difícil de vivir en el campo son las madrugadas, las noches largas. A veces nos acostamos a las 2 de la mañana etiquetando nuestros productos, pero la clave está en hacerlo con profundo amor para promover salud”.