MIAMI.-Ante la salida de Michelle Bachelet del puesto de Alta Comisionada para los Derechos Humanos en la ONU, varias figuras de la sociedad civil la criticaron por sus declaraciones tibias en torno a regímenes autoritarios como el chino, el cubano y el venezolano, en lugar de condenarlos directamente por violaciones.
Las críticas emergieron particularmente ante el discurso de despedida de la política chilena, que provocó una notoria polémica. "Al concluir mi mandato como Alta Comisionada, insto a todos -Estados, empresas, sociedad civil- a que apoyen a las innumerables personas de todo el mundo que luchan por los DDHH", fueron sus controvertidas palabras.
Justamente, algunos defensores de derechos humanos le reprochan su mano blanda con regímenes que los oprimen. En específico, representantes de la sociedad civil cubana, expusieron en redes sociales sus opiniones sobre la gestión de la alta comisionada.
Para el periodista e investigador José Raúl Gallego, el trabajo de Bachelet fue "decepcionante".
"Le está pidiendo a otros que hagan lo que usted no fue capaz de hacer en el caso de Cuba, que viró el rostro a las constantes violaciones de derecho cometidas por la dictadura durante su mandato", destacó.
Por su parte el periodista Lázaro Chirino dirigió a la funcionaria este comentario: "Señora Bachelet, usted defraudó la confianza de los latinoamericanos que pensaron encontrar libertad bajo su mandato. Usted fue cómplice del dolor de cientos de familias que viven en dictadura. Usted, como muchos, ha sido una decepción".
Otros comentarios apuntan a que ella terminó un mandato caracterizado por "la ceguera selectiva" y "la complicidad con las dictaduras latinoamericanas actuales, en particular, la cubana".
Si bien a los pocos días de las protestas del 11J, la alta comisionada instó a las autoridades cubanas a liberar a los manifestantes y periodistas que participaron en estas y lamentó la muerte de un civil, aprovechó el mismo espacio para sugerir el levantamiento de sanciones a la isla por parte de Estados Unidos.
Tuvo que transcurrir un ano entero, signado por la represión, la violencia estatal y el encarcelamiento de cientos de manifestantes, para que Bachelet y varias misiones diplomáticas en Ginebra recibieran a artistas independientes y activistas de Cuba junto a organizaciones de la sociedad civil.
En esas reuniones se abordó el agravamiento de la situación de violaciones a los derechos humanos que atraviesa la ciudadanía cubana a partir de las protestas del 11 de julio de 2021, en particular los artistas y activistas pro democráticos, que han sufrido encarcelamientos arbitrarios y exilios forzosos.
Por el bajo perfil del encuentro y sus casi nulso resultados, la sociedad civil cubana lo valora como insuficiente. En el caso de Venezuela, tras diversos informes, Bachelet expresó su preocupación por la gravedad de la situación de los derechos humanos, al alertar sobre las ejecuciones extrajudiciales, la falta de independencia judicial y los ataques a la libertad de expresión, sin que se vieran avances por parte del gobierno de Nicolás Maduro.
Asimismo, el caso chino fue tratado de manera sutil por la funcionaria. Tras su viaje al gigante asiático en junio pasado, figuras de la política internacional lamentaron sus términos tibios.
“Bachelet repite como loros del PCCh [Partido Comunista Chino] puntos de conversación como 'anti-terrorismo' y 'desradicalización'. Cooptar la narrativa 'antiterrorista' de Beijing legitima el genocidio de China", dijo por ejemplo Rushan Abbas, fundador y director ejecutivo de la organización Campaign for Uyghurs, con sede en Washington DC.
En cuatro años como Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, en definitiva, Michelle Bachelet deja el cargo por cumplimiento de término pero muchos han estado insatisfechos ante las prioridades de su agenda en tanto promulga su interés en la defensa de derechos humanos pero no castiga a los regímenes que los violan.
“A menos que los gobiernos hagan lo que tienen que hacer, que es establecer esquemas de protección social para apoyar a los más vulnerables (…) vamos a tener un clima de inestabilidad social y política en una región que va a tener algunas elecciones este año”, dijo Bachelet en su despedida y, quizás, no sean sus palabras el reflejo de su gestión pública.