BitNet es una nueva forma de construir modelos de inteligencia artificial (IA) que funciona de manera muy distinta a lo que se usa hoy. En lugar de trabajar con miles de millones de cálculos precisos que consumen energía y computadoras muy potentes, BitNet usa solo tres valores posibles para hacer sus operaciones: -1, 0 y +1. Esto equivale a decir “resta”, “no hagas nada” o “suma”. Nada más. Es como enseñarle a una máquina a pensar usando solo tres instrucciones básicas, y aun así lograr que entienda cosas, procese información y tome decisiones.
Los modelos actuales, en cambio, usan una estructura más compleja. Cada cálculo interno que hacen puede tener miles de millones de posiciones posibles. Para lograrlo, utilizan lo que se llama “32 bits”. En términos simples, es como si cada decisión que toma el sistema tuviera que considerar 4 mil millones de opciones. Eso hace que sean muy precisos, pero también muy pesados: requieren ordenadores especiales, grandes centros de datos, refrigeración constante, y mucha electricidad.
Con BitNet, todo eso cambia. Usando solo tres opciones por cálculo, se necesita menos memoria, menos procesamiento y menos energía. Un experimento reciente un modelo de IA completo usando solo 128 megabytes de memoria RAM —cuando la mayoría de los modelos de hoy requieren varios gigabytes, es decir, al menos 50 veces más. Y lo hizo con un procesador de 1997, una tecnología que tiene casi 30 años. Eso significa que se pueden construir modelos que funcionen en computadoras viejas, teléfonos, dispositivos baratos, o incluso sin necesidad de conexión a internet.
En términos de costo, también es impresionante. Si operar un modelo tradicional cuesta 100 dólares en energía y equipamiento, un modelo como BitNet podría hacer lo mismo por 1, 5 o 10 dólares. Es un ahorro que cambia completamente la ecuación económica. Se pueden ejecutar más instancias al mismo tiempo, o llevar la IA a lugares donde hoy sería imposible por falta de infraestructura o presupuesto.
Sin embargo, a pesar de todas estas ventajas, BitNet no se usa de forma masiva. No lo adoptan las grandes empresas. No se incluye en las plataformas más conocidas. Tampoco lo incorporan los gobiernos ni los sistemas militares ¿Por qué?
Porque el sistema actual está diseñado para los modelos viejos. Desde los chips hasta los programas, pasando por los contratos y las costumbres de trabajo. Cambiar eso implica rehacer herramientas, reentrenar gente y asumir riesgos que nadie quiere asumir. Además, los modelos como BitNet están en desarrollo. Funcionan bien, pero integrarlos a escala global no es inmediato. Y detrás de todo esto hay negocios gigantes: las grandes empresas de chips, como NVIDIA, dominan el mercado con productos optimizados para los modelos tradicionales. Si BitNet se vuelve común, estos chips ya no serían necesarios. O al menos, no en todos los casos. Eso lo convierte en una amenaza para los actores más poderosos del ecosistema actual.
Un ejemplo similar es el modelo llamado DeepSeek. También prometía eficiencia, apertura y menor dependencia de grandes corporaciones. Pero no se impuso porque no encontró lugar en un sistema que está blindado al cambio.
BitNet sería ideal para muchas cosas. En un dron, por ejemplo, donde no hay espacio para una supercomputadora y no se puede depender de una conexión externa, sería perfecto: consume poco, pesa poco, y funciona en tiempo real. En un casco de soldado, en una estación remota, o en un radar portátil. Pero tampoco ahí se usa porque los contratos militares ya están cerrados, los proveedores ya están elegidos y nadie quiere probar algo nuevo en contextos donde el margen de error es cero.
La tecnología existe. Funciona. Es más barata, más simple, más liviana. Pero no se usa porque, aunque algo sea más eficiente y más económico, si no hay espacio para que entre, se queda en la sombra. Esperando que algún día alguien se anime a abrirle la puerta.
Las cosas como son
Mookie Tenembaum aborda temas de tecnología como este todas las semanas junto a Claudio Zuchovicki en su podcast La Inteligencia Artificial, Perspectivas Financieras, disponible en Spotify, Apple, YouTube y todas las plataformas.