MIAMI. - Los ataques a la libertad de expresión se incrementan no solo en las Américas, también en Europa y otros continentes, con lo cual medios y periodistas son el blanco incluso en las sociedades consideradas democráticas.
Batalla contra la libertad de expresión: cuando medios y periodistas son vistos como enemigos
En medio de la persecución creciente a la libertad, una investigadora y un periodista llaman a defender el rol de la prensa en la contraloría social
La Declaración Universal de los Derechos Humanos consagra, en su artículo 19, el derecho a la libertad de expresión como un derecho consustancial a todas las personas. Además, este derecho ha sido resguardado en tratados internacionales.
En un artículo publicado a principios de septiembre, el editor en jefe del diario The New York Times (NYT), A.G. Sulzberger, advirtió sobre los desafíos del periodismo independiente en países donde históricamente se defendió a la prensa como un pilar fundamental de la democracia.
En el texto se narra la forma como, en Hungria, son socavadas las organizaciones de noticias independientes de forma sutil, mediante el empleo de herramientas burocráticas como la legislación fiscal, la concesión de licencias de radiodifusión y la contratación pública.
En contraparte, el Gobierno de Viktor Orbán recompensa a los medios de comunicación afines a la línea oficialista, por lo que el debilitamiento de la prensa ha sido parte del guion para rehacer su país como una “democracia iliberal”, señaló el texto de NYT.
En el camino, el primer ministro de Hungría ha actuado con impunidad y “consolidó un poder sin control que empeoró la situación de la nación y de su pueblo”, puntualizó el editor en jefe de NYT, quien además mostró su preocupación ante la posibilidad de que una campaña contra la prensa libre se adopte en los Estados Unidos.
“No es una pregunta descabellada. Mientras buscan su regreso a la Casa Blanca, el expresidente Donald Trump y sus aliados han declarado su intención de aumentar sus ataques contra una prensa a la que durante mucho tiempo ha ridiculizado como el enemigo del pueblo”, indicó A.G. Sulzberger.
En julio de este año, tras un atentado a Trump en Pensilvania, el equipo de campaña pidió a su personal “condenar todas las formas de violencia” y enfatizó que “no tolerará la retórica peligrosa en las redes sociales”. De su lado, partidarios del exmandatario atacaron a la prensa por la dureza de sus reportajes sobre el candidato.
Luisa Torrealba, miembro del Instituto de Investigaciones de la Comunicación de la Universidad Central de Venezuela (UCV), indica que la libertad de expresión constituye un tema muy sensible por cuanto los poderes establecidos se erigen como los grandes adversarios.
“Quien está en el poder tiene una tendencia a querer continuar en esa situación privilegiada. Cuando hay una información u opinión que pueda resultar crítica o pueda poner en cuestionamiento la continuidad en el poder, es considerada incomoda y quien ejerce la libertad de expresión es visto como un enemigo”, sostiene.
Torrealba añade que estos ataques pueden proceder no solo de gobiernos, también de grupos económicos, el poder militar, el poder religioso o los poderes paraestatales al margen de la ley, los cuales buscan ejercer acciones para silenciar la información independiente.
Puntualiza que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) considera a la libertad de expresión una piedra angular para la democracia.
Añade que, en la medida en que hay libertad de expresión, pueden ejercerse otros derechos como el derecho a la protesta o a la manifestación, el derecho a la libre asociación, el derecho a opinar y el derecho a la búsqueda de información de interés para la toma de decisiones.
Discurso contra la prensa
El periodista mexicano Víctor Magaña, director de Radio Universidad de Guadalajara, esboza que durante los últimos años ha habido un discurso por parte de gobiernos de diferentes niveles, desde presidentes hasta gobernadores de estado, en el que han puesto a los medios de comunicación como el enemigo público número uno.
Agrega que de allí parten los señalamientos de que los medios manipulan. Esto se hace, afirma, para atacar a los periodistas en su rol de mediadores.
“El objetivo es el que el discurso sea directo entre el gobierno y la gente, sin un asunto de análisis, investigación o cuestionamientos, lo cual me parece muy preocupante. Sucede con Trump, con Maduro y con Andrés Manuel López Obrador que culpan a los medios de lo que ocurre en sus países. Finalmente, buscan que la gente pierda al intermediario que cuestiona al poder. Se trata de una censura velada”, asevera.
Magaña, quien ha sido consultor de la UNESCO en cultura de paz, pone como ejemplo el caso de Jalisco, el estado con mayor número de desaparecidos en México. “De forma oficial, hay 17,000 desaparecidos y el gobernador ha llegado a decir que los medios de comunicación quieren que le vaya mal a Jalisco”, acota.
Puntualiza que “sin periodismo, no hay justicia, no hay transparencia, no hay legalidad”. Y añade que la batalla contra la libertad de expresión también abarca el patrimonio de los medios de comunicación y hasta la cárcel para los periodistas.
Recuerda que, en países como México, otra amenaza a la libertad de expresión proviene del crimen organizado que acumula persecución y asesinatos contra la prensa.
Dualidad hacia los medios y periodistas
Luisa Torrealba esboza que hay una tendencia para usar a los medios de comunicación cuando quieren difundir propaganda o proyectarse. Al mismo tiempo, cuando las informaciones no son complacientes con los gobiernos, periodistas y medios son considerados como “una piedrita en el zapato” y por diversas vías se intenta atacarlos.
En este sentido, describe que hay vías de ataque directo a la libertad de expresión cuando se ordena el cierre de un medio de comunicación y vías indirectas, como cuando ocurre la violencia: “Esto se da mucho en países de América Latina, donde hay ejemplos de cómo los gobiernos auspician la violencia física y agresiones por parte de sus seguidores a periodistas en el ejercicio de su trabajo”.
La investigadora explica que la guerra contra la libertad de expresión afecta a toda la sociedad. Sostiene que los medios de comunicación social y los periodistas ejercen contraloría social.
¿Qué hacer ante la persecución?
El periodista Víctor Magaña coincide con Torrealba en la importancia de organizarse y considera fundamental la unión gremial en la guerra contra la libertad de expresión. Señala que, en muchos países de América, se hace cuesta arriba el funcionamiento de medios independientes porque, además de las amenazas, no se dan las donaciones a la prensa como en EEUU.
Magaña y Torrealba refieren que ha habido experiencias en países donde los periodistas publican una denuncia de manera simultánea como un mecanismo de protección. Otra vía es que los medios de comunicación asuman la autoría o que se despliegue el trabajo colaborativo entre periodistas de varios países.
@snederr
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FUENTE: Diario Las Américas