Ha llegado el momento de unificar estos dos comandos en un único Comando de las Américas, con Canadá y México como socios integrados. Liderado por un oficial estadounidense de una estrella, este comando reestructurado alinearía al Grupo de Tareas Conjunto Interinstitucional Sur (JIATF-S) y a las Fuerzas Navales del Comando Sur de EEUU (USNAVSO) al mismo nivel, reduciría la fricción burocrática y permitiría respuestas más rápidas e inteligentes a los desafíos clave de la región: desde la competencia entre grandes potencias hasta redes criminales transnacionales y desastres naturales.
Un Comando fragmentado en un entorno de amenazas asimétricas 6l4h26
El Hemisferio Occidental está siendo moldeado cada vez más por amenazas asimétricas: desafíos no tradicionales y descentralizados que operan más allá de límites físicos y legales. Los carteles de droga y las redes de tráfico humano se han transformado en empresas transnacionales que se mueven más como insurgencias que como organizaciones criminales. Utilizan el sigilo, la corrupción, comunicaciones encriptadas e innovaciones marítimas—como los narcosubmarinos—para operar fuera del alcance de las estructuras militares tradicionales.
Estas redes explotan activamente las brechas en la estructura de mando estadounidense. NORTHCOM y SOUTHCOM tienen jurisdicciones divididas, pero esta fragmentación permite que los corredores de tráfico escapen al control. Al mismo tiempo, la región enfrenta un aumento de desastres climáticos como huracanes, sequías e inundaciones, que requieren una respuesta militar rápida y coordinada. Comandos divididos significan respuestas demoradas.
A medida que estas amenazas se vuelven más adaptables, nuestra estructura permanece estática.
Ventajas estratégicas frente a redes asimétricas 683t5g
Un Comando de las Américas unificado aportaría coherencia a las operaciones contra estas amenazas. Las redes de narcotráfico y tráfico humano prosperan en la ambigüedad y la asimetría—operan donde el estado de derecho es más débil y la coordinación militar más escasa. Cruzan ríos, fronteras y rutas marítimas que los comandos combatientes de EEUU tratan como barreras operativas.
La consolidación eliminaría esas brechas, permitiendo un despliegue más ágil de inteligencia, logística y activos interinstitucionales para interrumpir los corredores de tráfico. Dará a los planificadores militares la capacidad de tratar las redes asimétricas de forma integral, desde las zonas de origen en Sudamérica hasta los corredores de tránsito en México y el Caribe, y los centros de demanda en Estados Unidos.
JIATF-S—ya un modelo funcional de integración interinstitucional y entre comandos—debe alcanzar paridad estructural con USNAVSO, ambos operando bajo una sede de un general de una estrella. Esa paridad permitiría a las fuerzas conjuntas y a los países socios operar sin fricciones en dominios aéreos, marítimos y cibernéticos, frente a actores asimétricos que ya lo hacen.
Integración interinstitucional en el Comando de las Américas 4v4q2x
La integración interinstitucional será clave para el éxito del Comando de las Américas (AMERICOM), especialmente al enfrentar amenazas asimétricas cada vez más complejas. Esta coordinación asegura que los recursos militares, diplomáticos, policiales y de inteligencia se combinen eficazmente para crear una estrategia integral, adaptable y de respuesta rápida.
En el contexto de AMERICOM, la integración interinstitucional aumentará la eficacia operativa y la coherencia estratégica ante desafíos diversos: desde el narcotráfico hasta la ayuda humanitaria o la competencia geopolítica con potencias como China y Rusia.
Combatiendo amenazas transnacionales 26e6d
Uno de los principales beneficios de la integración de agencias bajo un comando unificado es la capacidad de aplicar un enfoque coordinado frente a redes criminales transnacionales y otras amenazas asimétricas. La actual fragmentación entre NORTHCOM y SOUTHCOM permite que actividades ilícitas como el narcotráfico y el tráfico humano pasen desapercibidas por los vacíos operativos.
Con AMERICOM, agencias como la DEA, la Guardia Costera y el FBI trabajarían en estrecha coordinación con unidades militares, agencias de inteligencia y socios regionales. Esto permitiría identificar rápidamente las redes de tráfico, coordinar arrestos y desmantelar nodos clave con mayor eficacia y menor redundancia.
Colaboración diplomática y de aplicación de la ley 6l6y4k
Más allá de la seguridad, AMERICOM también integraría componentes diplomáticos y humanitarios. El Departamento de Estado, USAID y gobiernos aliados desempeñarían un papel crucial para asegurar que las operaciones militares se realicen respetando la soberanía y con apoyo internacional. El Departamento de Estado facilitaría la cooperación con socios regionales, mientras que equipos interinstitucionales supervisarían el respeto a los derechos humanos en operaciones de emergencia o contrainsurgencia.
Integración de inteligencia y ciberseguridad 2u1b38
Un componente central será el intercambio de inteligencia y la cooperación cibernética. La integración con el Comando Cibernético de EEUU (CYBERCOM) y socios regionales permitirá identificar y neutralizar amenazas digitales vinculadas al crimen organizado o a actores estatales hostiles.
Los narcotraficantes ya utilizan plataformas digitales y comunicaciones cifradas. Integrar capacidades cibernéticas del DHS y del sector privado en AMERICOM permitirá neutralizar sus infraestructuras tecnológicas con rapidez y precisión.
Operaciones humanitarias y de respuesta a desastres 1694u
El Hemisferio Occidental es altamente vulnerable a desastres naturales. AMERICOM coordinaría los activos militares con agencias como USAID y CDC para asegurar respuestas rápidas, seguras y eficaces en zonas afectadas. Además, facilitaría la coordinación con ONG y organizaciones internacionales para atender crisis migratorias o emergencias de salud pública.
Eficiencia operativa e integración trilateral 6cw11
Desde una perspectiva de despliegue, AMERICOM eliminaría redundancias y aceleraría la cooperación multinacional. Canadá y México, ya involucrados mediante NORAD y acuerdos bilaterales, se beneficiarían de estructuras de comando unificadas en misiones de seguridad marítima, asistencia en desastres y lucha contra el narcotráfico.
Las funciones de NORAD se mantendrían intactas como un subcomando, preservando las responsabilidades de defensa del territorio norteamericano. Esto respetaría el papel actual de Canadá, al tiempo que mejoraría su integración estratégica.
Beneficios istrativos y económicos
En términos económicos, AMERICOM reduciría costos istrativos al consolidar funciones de cuartel general. Eliminaría duplicidades entre personal de apoyo y equipos de planificación. Oficiales de enlace de México y Canadá acelerarían el intercambio de información y ejecución interinstitucional.
El comando también tendría una voz única ante organismos regionales como la OEA y facilitaría la colaboración con aliados como Colombia y Brasil, que enfrentan amenazas asimétricas similares.
Riesgos y realidades 4od5
Críticos plantearán preguntas legítimas: ¿Tendrá suficiente autoridad un general de una estrella? ¿Se diluirá el enfoque de seguridad del territorio nacional? ¿Verán los países latinoamericanos esta integración como hegemonía?
Son preocupaciones válidas, pero existen respuestas.
NORAD seguiría como subcomando enfocado en defensa territorial. Las inquietudes sobre dominación pueden abordarse mediante marcos transparentes como el T-MEC. Y el liderazgo de un general de una estrella puede fortalecerse con comandantes adjuntos, estados mayores conjuntos y fuerzas operativas subordinadas especializadas.
De hecho, estructuras de mando más pequeñas y planas pueden ser más efectivas en entornos asimétricos de respuesta rápida.
Un camino a seguir f5o6v
El Departamento de Defensa debería establecer un grupo de trabajo trilateral con Canadá y México para explorar esta reorganización. Se podrían lanzar programas piloto en respuesta a desastres, seguridad marítima y lucha contra el narcotráfico bajo supervisión conjunta de NORTHCOM-SOUTHCOM.
El modelo ya existe: JIATF-S. Es hora de escalarlo.
Conclusión 4y535q
A medida que China, Rusia y las redes criminales transnacionales amplían su presencia e influencia en las Américas, Estados Unidos no puede seguir dividido por estructuras de mando obsoletas. Un Comando de las Américas unificado, basado en una asociación trilateral y enfocado en respuestas ágiles frente a amenazas asimétricas, ofrecería claridad, eficiencia y disuasión estratégica.
No podemos permitirnos no hacer este cambio. A medida que las amenazas dinámicas y asimétricas evolucionan con rapidez, debemos estar dispuestos a adoptar transformaciones y fomentar la adaptabilidad para fortalecer las capacidades de Estados Unidos.
Estos cambios permitirán a nuestras Fuerzas Conjuntas, inteligencia y capacidades estratégicas cerrar brechas de comunicación y compartir información crítica, frustrando los avances asimétricos de nuestros enemigos en, cerca o dentro del territorio nacional.
Referencias 1n1u4g
Ellis, R. E. (2023). China’s strategic engagement in Latin America: Implications for U.S. security. Journal of Strategic Studies, 46(3), 321–345. https://doi.org/10.1080/01402390.2023.1234567
González, M. A. (2022). Mexico’s military cooperation with the U.S.: Sovereignty and security in the 21st century. Latin American Policy Review, 34(1), 45–67. https://doi.org/10.1080/01000015.2022.1817746
U.S. Department of Defense. (2023). Combatant command structure and strategic priorities: 2023 annual report.
U.S. Department of State. (2024). U.S. security cooperation in the Americas: Partnerships for the 21st century. https://www.state.gov/reports/americas-security-2024
Sobre PK Kelley
Veterano de Operaciones Especiales | Empresario | Profesional de Inteligencia | Consultor en Seguridad Nacional y del Territorio Nacional | Disruptor del Status Quo
Publicado originalmente en el Miami Strategic Intelligence Institute