HOUSTON.- Los Tigres de Detroit siguen sorprendiendo esta temporada en el béisbol de las Grandes Ligas. Luego de clasificar a los playoffs con el último boleto de comodín, barrieron a los Astros de Houston al vencerlos este miércoles 5-2 en el Minute Maid Park.
En un encuentro donde el pitcheo lució intratable para ambos equipos, no fue sino hasta el octavo episodio cuando los felinos lograron capitalizar.
Andy Ibáñez no imaginaba llegar a las Grandes Ligas cuando era un niño en su natal Cuba, pero el béisbol le tenía preparado -por ahora- un gran momento.
Salió como bateador emergente en el octavo episodio y con las bases llenas ante Josh Hader. Había dos outs en la pizarra y batalló cada pitcheo.
A los primeros dos lanzamientos, sinkers sobre las 96 millas por hora, los mandó de foul detrás del home. El tercer envío cayó en zona mala y después dio otro foul. Pero Hader no le cambió nunca la receta y el siguiente envío, otro sinker, lo mandó por la línea del jardín izquierdo para acreditarse un doblete y barrer las bases.
“Jugamos muy bien en los últimos dos meses y por el resultado de eso es que estamos aquí. Hicimos las cosas que teníamos que hacer y nos mantuvimos unidos. Sabemos que esta serie es corta y vamos a salir a ganar”, había dicho en entrevista con DIARIO LAS AMÉRICAS al inicio de la serie en Houston.
“Nos mantuvimos unidos en el clubhouse, escuchando a los coaches que tienen más experiencia en esto”, agregó el nacido en La Habana en 1993, quien no se imaginó estar en una situación como esta.
“Nunca me pasó por la cabeza ni siquiera jugar en grandes ligas, pero estar es un orgullo para uno y porque además uno representa al país”, señaló quien desde el sábado estará buscando junto con sus compañeros ahora dejar en el camino a los Guardianes de Cleveland.
“No nunca imaginé un momento como este y mucho menos jugar en playoffs. En los cuatro años que llevo en Grandes Ligas siempre me había tocado ver a los Astros por tv, pero hoy es una bendición. Esta mañana hablé con mi amigo Adolis, que es como el papá de Houston, y me ayudó mucho”.
A Ibáñez lo que sí le pasó por la cabeza esta tarde fue que iba a tener un turno y se preparó para ello.
"Yo estaba listo desde el segundo inning. Le dije a Wenceel (Pérez) que fuésemos al cage y que estuviéramos listos que en cualquier momento iban a traer un zurdo y nos iban a dar la oportunidad”, le llegó el momento y cuando su conexión salió "quería que entraran las carreras. Decía entra, entra, entra. Cuando llegué a tercera vi a los fanáticos de Detroit y al equipo bien contentos. Nunca había dado un doble tan emocionante como este”.