MIAMI.- La modelo Valentina Gilabert se pronunció por primera vez sobre el ataque que sufrió por parte de la influencer Marianne Gonzaga. A través de una entrevista que concedió al medio N+, la joven de 18 años habló sobre las secuelas que enfrenta y aseveró que pese a las dificultades, sigue adelante.
"La verdad es que ya voy mucho mejor. Ha sido un proceso largo y difícil, pero estoy saliendo adelante y echándole ganas", comentó la nieta de la fallecida actriz Iliana de la Garza.
Gilabert aseguró que la agresión no solo le dejó secuelas físicas, también las psicológicas; por lo que confiesa que sí ha tenido momentos de angustia tras su alta médica. "Estoy un poco preocupada, tengo un poco de miedo. Pero, creo que el tiempo, voy a estar mejor. Es algo que nunca pensé que hubiera pasado y, hasta la fecha, se siente irreal”.
Sobre la relación con la influencer mexicana, Valentina señaló que pese a saber quién era ella, no tenían un vínculo de amistad, así como tampoco estaba al tanto de que Gonzaga tuviera un conflicto con ella.
"Nunca fue mi amiga. Hace muchos años la conocí porque teníamos el mismo círculo de amigos, pero nunca fuimos amigas. Nunca nos llevamos mal, pero no éramos amigas, ni éramos cercanas. Después de cierto tiempo tenía actitudes raras, para yo demostrarle que estaba con su expareja".
Recordó que la noche del ataque se encontraba en el lugar porque había sido invitada a esa casa. En el lugar había otros dos jóvenes, quienes llegaron con bebidas alcohólicas.
El ataque 1a1i4i
Valentina Gilabert señaló que el ataque inició cuando ella salió del baño, y Gonzaga la sorprendió por la espalda.
"Fue por la espalda. No traté de defenderme; traté de patearla, pero no podía hacer mucho. (La otra joven) tampoco hizo nada".
Según reseñó People en Español, un joven llamado José fue quien la auxilió.
"José me ayudó, llamó a la ambulancia. Siempre estuve consciente. Al principio pensaba que era un sueño; no pensé que fuera real. Mi cerebro no lograba procesar lo que estaba pasando. Ya estando en la ambulancia, me acuerdo que le decía a los paramédicos que no sentía mi cuerpo; sentía que realmente me estaba muriendo. Tenía tres fugas en mis vías respiratorias, una en la traquea y tres en los pulmones. No podía hablar, no podía respirar".
Manifestó que desde el ataque hasta llegar al centro médico donde fue atendida se mantuvo despierta, luchando para no dormirse.
"Siempre estuve consciente y, la verdad, fue terrible, pero fue algo muy bueno. En mi cabeza siempre estuve recordándome, a mí misma, que no podía quedarme dormida".
Valentina recibió tres heridas en el pecho, tres en la espalda, dos en el cuello, cinco en la mano, una en la cabeza, otra en la nariz y una en la pierna.
"Fue muy difícil. Estuve en coma cinco días, siete días en terapia intensiva; otros siete en terapia intermedia. Me reconstruyeron la mano. Tuve drenaje en los pulmones y el corazón. La verdad si ha sido muy complicado. Y, a la fecha, todavía tengo secuelas. No voy a recuperar mi capacidad de los pulmones, al cien por ciento. Todavía, a veces, me duelen los pulmones. No puedo caminar mucho, me canso. Tengo tres heridas en el pecho, tres en la espalda, dos en el cuello, cinco en la mano, una en la cabeza, otra en la nariz y una en la pierna”.
Reconoció que previo a la emergencia disfrutaba de una vida llena de fiestas y salidas con amigos, pero la experiencia ahora la ha llevado a descubrir el gusto que tiene de estar consigo misma. Además, destacó que por las secuelas hay cosas y excesos a los que no se puede exponer.
"Es difícil. Siento que disfruto, ahorita, un poco más, estar sola. Como esa tranquilidad, no sé si pueda decirlo así. No puedo salir mucho. Hay muchas cosas que no puedo hacer. Me tiene un poco frustrada estar tanto tiempo sin salir, sin tener o con muchas personas”.
Aunque dice que no siente rabia, si aspira que Marianne Gonzaga cumpla una condena justa por el ataque y no se le de un privilegio por ser menor de edad.
"No creo que mi agresora debería estar libre. Me gustaría reformar la ley y que los menores reciban, realmente, la condena que merecen por sus actos".