MIAMI.- Procurar una buena salud en tiempos convulsos se ha convertido en un desafío para las personas de cualquier edad. Jóvenes y adultos atraviesan cada vez con más frecuencia situaciones de presión, estrés o ansiedad crónica en medio de una rutina envolvente, que puede ocasionar trastornos si no se controlan adecuadamente.
“Ni siquiera un deportista escapa de esos extremos”, afirma Lynnef Yerena, entusiasta practicante de jiu-jitsu, arte japonés, quien defiende el estilo de vida balanceado y una sana alimentación, sin dejar de atender el quehacer de su hogar, la crianza de su hija y de su profesión.
Mantener una buena salud, dice, implica no solo su “uso” racional para lidiar con la cotidianidad, sino también acudir regularmente a la medicina preventiva para asegurar una vida saludable que permita vivir más años con mejor calidad.
“Es estar consciente de que si, por ejemplo, se tiene dolor de cabeza varias veces en una semana se debe ir al médico”, señaló. “Educar y darle importancia a la actividad física, practicar un deporte y mantenerse disciplinado son hábitos saludables para la buena salud y estilo de vida”.
¿Por qué la medicina preventiva? 81834
La medicina preventiva es la parte de la ciencia de la salud orientada a promover el bienestar de las personas con medidas efectivas que permiten mitigar los efectos de enfermedades, prevenir la incapacidad y la muerte a temprana edad.
Este enfoque de la medicina, surgido hace unos 20 o 30 años, irradia beneficios en los campos individual, colectivo, socioeconómico y epidemiológico, afirma el médico Alexis Paiva Chacín, especializado en medicina interna e inmunología.
Paiva explica que en el aspecto individual se hace mucho énfasis en la importancia de mantenerse saludable, cuidar el peso adecuado, y tener el hábito de una actividad física adecuada. “A largo plazo, estos factores van a llevar a las personas a reducir el impacto de distintos tipos de patologías a los que pueden estar expuestos”, dijo.
Citó un ejemplo clásico. Una persona de 60 años de edad que se ha mantenido durante gran parte de su vida con un peso apropiado y actividad física regular, y sin alta tasa de patologías en su haber, tendrá una buena respuesta al tratamiento si padece de un infarto; podrá afrontar sin problema el riesgo quirúrgico y reintegrarse a sus actividades de manera apropiada.
En cambio, si el incidente le ocurre a una persona de edad similar, pero con obesidad significativa, hábito de fumar, sedentarismo o con muy poca actividad física, antecedentes hospitalarios por otras patologías como pulmonares o articulares, el riesgo de una complicación intraoperatoria es mucho mayor que la otra que no tiene antecedentes.
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Controlar la hipertensión 122k1r
En este mismo aspecto individual, otro es que una persona de 60 años de edad sana puede presentar una hipertensión de la cual ignoraba su origen en los últimos cinco años. Y es diferente de otra persona que es hipertenso desde hace 10 años y no lo sabía porque la enfermedad es silente, pero no tiene buenos hábitos. En este caso, las complicaciones agudas no tardarán en ser parte del diagnóstico de hipertensión.
“Todas las guías internacionales para tratamientos de hipertensión arterial como la American Heart Association y otras organizaciones hacen mucho énfasis en que estas personas aun con un diagnóstico de hipertensión tipo 1 y aquellas con resistencia a la insulina tienen como enfoque principal los cambios en el estilo de vida a un estado más saludable, con el objetivo de que incluso esas personas que tienen ese estado previo al diagnóstico establecido de una patología son capaces de revertir esa condición”.
Paiva precisó: “Es importante que esos pacientes hipertensos o diabéticos cambien su estilo de vida con la finalidad de mejorar sus valores o niveles, para que el tratamiento sea más efectivo”.
Otros beneficios de salud y435v
El especialista destaca también los efectos de la medicina preventiva en el bienestar colectivo-familiar.
“La medicina preventiva permite que las personas adultas mayores de 75 y 80 años de edad no solo puedan mantenerse en el rango promedio de expectativa de vida de los últimos 20 años, sino que además tienen una vida útil más prolongada. Esas personas pueden mantenerse más activas e independientes y mantener su calidad de vida”.
Paiva refirió, por último, el beneficio socioeconómico de esta modalidad de salud en el ámbito individual e incluso el social.
Recurrir a la medicina preventiva ayuda a disminuir y prevenir las enfermedades y en general hace que estas impacten menos en los sistemas de salud de los países, explicó el médico.
Menos costos, más bienestar 6658
“Esto mejora el aspecto socioeconómico más individualizado, porque una persona que toma tratamiento para la tensión no tendrá el mismo esquema de otra persona que por no tener buenos hábitos dietéticos ni actividad física llega a los 60 años de edad teniendo que tomar múltiples medicamentos”. Esto, completa, le saldría más costoso al sistema de salud y a la sociedad.
En el ámbito de la inmunología, Paiva destacó en su análisis el éxito de las vacunas, una de las medidas de la medicina preventiva.
“Estas han sido capaces de controlar y erradicar enfermedades y de disminuir el impacto de las infecto contagiosas. La vacunación temprana mejora la expectativa y calidad de vida de pacientes en la etapa posterior a las patologías, como la COVID-19 que tuvimos recientemente, u otras en boga que se mantienen como un riesgo epidemiológico constante”.
Pero, cualquiera de las buenas medidas preventivas son efectivas si las personas son capaces de acudir oportunamente al médico. “Todo ese conocimiento ayuda no solo una mejoría individual, sino también social que es el enfoque, como tal, de la medicina preventiva”.
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FUENTE: Entrevista médico Alexis Paiva, Lynnef Yerena, con informaión de Clínica Mayo