LA HABANA.- El turismo en Cuba continúa enfrentando dificultades para recuperarse por completo a pesar del fin de la pandemia del coronavirus. En Trinidad, una joya de la isla caribeña, la temporada alta ha sido calificada como "inestable" por los trabajadores del sector, quienes apuestan por el retorno de los visitantes rusos y la apertura de nuevos mercados.
"Nos estamos levantando poco a poco, pero no hemos logrado recuperar todo como antes de la pandemia", explica Norelvis Vegas a AFP, mientras pasea a turistas en su calesa por las pintorescas calles de esta villa ubicada en la provincia de Sancti Spíritus, a 350 km al sudeste de La Habana.
Como la mayoría de los 76.000 habitantes de esta localidad, cuyo centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1988, Vegas depende del turismo para su sustento. Según él, la temporada alta de 2023, que abarca de diciembre a abril, ha sido "inestable".
"En comparación con la situación previa al COVID, ahora tenemos alrededor de un 25% menos de ocupación", confirma Yami Martínez, propietaria de una casa de renta con nueve habitaciones desde hace una década.
Después de alcanzar un récord en 2018, con 4,7 millones de turistas y 3.300 millones de dólares en ingresos, gracias al polémico acercamiento con Estados Unidos, el turismo cubano ha enfrentado numerosos obstáculos, sobre todo relacionados con la calidad de los servicios y la falta de seguridad en el país.
"El problema del suministro eléctrico y del transporte es muy duro", agrega Martínez, refiriéndose a los frecuentes apagones en la isla comunista y a la escasez de combustible que se ha agravado en los últimos meses, y que afecta también a los turistas.
Reinaldo Vivas, de 55 años, tuvo que reducir a la mitad la capacidad de su restaurante. Antes, cuando los cruceros estadounidenses hacían escala cerca de Trinidad (práctica prohibida actualmente), Vivas podía recibir hasta 250 comensales al día.
"Antes de la pandemia, teníamos una estabilidad en el turismo", señala Vivas, quien destaca que este año la temporada alta "no ha sido tan alta" y que ha tenido "una mayor dependencia del turismo individual". "Antes contábamos con más turismo grupal", lamenta.
Dado que los hoteles en Cuba son propiedad del régimen castrista, el turismo grupal es la forma que más ingresos genera para el país. Sin embargo, según cifras oficiales, en 2022 la tasa de ocupación hotelera en Cuba fue del 15,6%, en comparación con el 75,9% en Cancún (México) y el 70,3% en República Dominicana, sus principales competidores en el Caribe.
A principios de mayo, el ministro de Turismo, Juan Carlos García, reconoció que la recuperación no ha sido completa, aunque mantuvo la meta de recibir 3,5 millones de turistas en 2023. La isla solo registró 1,6 millones de visitantes en lugar de los 2,5 millones proyectados para 2022.
García explicó que el turismo canadiense, que es el mercado principal de la isla, se ha recuperado al 80% en comparación con el año 2019 y representa más del 50% del turismo actual. Sin embargo, no se puede decir lo mismo de otros mercados importantes como los países europeos, debido a factores como la inflación, el conflicto en Ucrania y el aumento de los precios del transporte aéreo.
En un contexto de estrecho acercamiento diplomático y económico con el régimen de Moscú durante los últimos meses, Cuba está apostando ahora por el regreso de los grupos de turistas rusos mediante el aumento de las conexiones aéreas entre ambos países. Este tema ha sido criticado por numerosas naciones por el hecho de que el régimen cubano haya brindado a Rusia su apoyo a la guerra en Ucrania, postura que asumieron también otros regímenes totalitarios.
Además, la compañía Conviasa del régimen de Venezuela, otro aliado de Rusia, ha propuesto vuelos desde mediados de junio que conectan Caracas, La Habana y Moscú. También se reanudarán los viajes directos entre la capital rusa y el balneario de Varadero a partir de julio.
En Trinidad, se ha observado un aumento de la participación de turistas rusos, según confirma Vivas, mientras recibe a un grupo de veinte moscovitas en su restaurante. Los trabajadores del turismo en la ciudad también han notado un aumento en los visitantes provenientes de Turquía.
Para satisfacer a estos nuevos clientes, algunos artesanos locales han comenzado a incluir nuevos diseños en su oferta, como la "mano de Fátima", un símbolo de protección en Medio Oriente, además de los habituales cuadros de autos clásicos estadounidenses y retratos del Che Guevara, un asesino que el régimen vende como imagen idílica de la revolución.
FUENTE: Con información de AFP