LA HABANA. - El 17 de diciembre de 2010, cerca de las diez y media de la mañana, la policía confiscó la carreta, la báscula y un cargamento de frutas y verduras de Mohamed Bouazizi, un joven vendedor ambulante de 26 años, residente en Sidi Bouzid, un pueblo rural de Túnez. Los vigilantes alegaron que Bouazizi no tenía permiso para ejercer su negocio. Según testigos, la policía abofeteó y escupió a Bouazizi. Ese mismo día el joven intentó presentar una queja ante las autoridades municipales para que le restituyeran sus bienes. Nadie le hizo caso.
Bouazizi amenazó con prenderse fuego si no le concedían esa cita. Pero fue ignorado. Entonces consiguió una lata de pintura inflamable en una gasolinera cercana y las once y treinta, una hora después del altercado, gritó en la plaza, en medio del tráfico: “¿Cómo esperan que me gane la vida?”.
Se roció con la lata de pintura frente al Palacio de Gobierno y se prendió fuego con un fósforo. Su inmolación desató la revuelta popular de 2010 y 2011 en Túnez, que provocó la huida del dictador Ben Alí después de haber estado veinticuatro años en el poder e inició por efecto dominó una serie de protestas en países vecinos en lo que se conoció como Primavera Árabe.
Llamémosle Reinier, 22 años, estudiante universitario, cuenta a DIARIO LAS AMÉRICAS que en los “regímenes autoritarios cualquier suceso puede desencadenar un estallido social o un movimiento popular para reclamar democracia. Este tipo de sistema es demasiado engañoso. Nadie apostó un centavo que la URSS desaparecería o que los militares que apoyaban a Ceausescu en Rumanía horas después lo fusilarían. El poder absoluto crea más adicción que el alcohol y las drogas. Y cuando no se retroalimentan o pierden el apoyo del pueblo, como el gobernante Díaz-Canel, están condenados al fracaso. Es lo que sucede. Ya la mayor parte de los cubanos no quiere al actual gobierno. Queremos un futuro diferente”, señala Reinier y añade:
“La gente en Cuba está muy quemada. La frustración es muy grande. Cada día que pasa somos más pobres. Falta lo más elemental. Agua, electricidad y comida. Cuando tú piensas que no podemos estar peor, descendemos otro escalón al precipicio. La subida escandalosa de precios a la navegación por internet es el mejor ejemplo. Muchos estudiantes hemos soportado más o menos en silencio los bajos salarios de nuestros padres, el déficit de agua, gas licuado, transporte y medicinas. Comer mal y no tener opciones recreativas. El miedo nos paraliza”.
La tapa al pomo 4n6iq
“Pero el tarifazo de Etecsa fue la tapa al pomo. Para muchos cubanos las redes sociales son su verdadero yo. Pueden gritar, criticar al régimen y mostrar su desacuerdo. Además de ver los seriales o películas que no pone la televisión cubana y leer los libros censurados o la información que no publican nuestros medios. El libre a internet forma parte de los derechos humanos. Si lo racionan o limitan están coartando nuestra libertad individual. Muchas personas sospechan que esa medida es más política que económica. Y no lo vamos a permitir. Por eso diversos sectores estudiantiles convocaron a un paro a partir del miércoles 4 de junio”, concluye Reinier.
Los alumnos de la Facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana hicieron público un comunicado en redes sociales-posteriormente limitado a sus seguidores -aunque no borrado- en el que convocan a unirse a la protesta “teniendo en cuenta que las explicaciones ofrecidas en los espacios de debate entre órganos estudiantiles y directivos de Etecsa no han dado soluciones factibles a los reclamos del pueblo”.
Los estudiantes mantienen tres reclamaciones esenciales: la primera, la reversión de las tarifas anunciadas el pasado viernes 30 de mayo, que multiplican por trece los precios anteriores para algunas opciones y priorizan el pago en dólares desde fuera de Cuba. La segunda, reclaman un encuentro abierto con los responsables del denominado tarifazo y prometen contribuir al análisis y propuestas de soluciones aportando sus conocimientos. Y la tercera, piden que se involucre a toda la sociedad a la hora de encontrar una salida a la situación.
Pese a ser la más genérica, la última demanda es la más significativa, porque el comunicado termina con una declaración de intenciones, al exigir -a partir, eso sí, de un cierre de filas con la dictadura- que la respuesta no se limite al sector académico.
Díaz-Canel no pone una 6g6762
Una estudiante de Derecho considera que “llegó el momento de reclamarle al gobierno porque sus acciones, perjudican a los cubanos. No hay una sola medida aplicada por Díaz-Canel que haya beneficiado al pueblo. Desde la apertura de las tiendas MLC, tarea ordenamiento, leyes para impulsar la agricultura o la dolarización de la economía, entre otras, han generado mayor pobreza. A propósito de las abusivas tarifas de Etecsa, se ha establecido un diálogo en las redes sociales donde no solo se le pide al gobierno que dé un paso atrás en el tema de los precios a internet, sino también que ofrezca soluciones a los diversos problemas del país. Antes del tarifazo la clase estudiantil estaba dormida, anestesiada”.
“Consentíamos en silencio las malas condiciones de vida de los becarios universitarios, la desastrosa conexión a internet y la pésima alimentación. La FEU nos utilizaba como arma de propaganda en cualquier movilización de apoyo al gobierno. Nadie escuchaba nuestras quejas. Yo me siento muy orgullosa de la postura de varias facultades universitarias que han apoyado nuestros reclamos, no solo por los altos precios de Etecsa, también en favor de trazar estrategias políticas que detenga la pobreza extrema, los apagones y las necesidades que sufre el pueblo”, afirma la joven.
De momento, las quejas de los estudiantes no parecen haber encontrado eco en la directiva de la Universidad de La Habana y otras casas de estudios en el país. La dictadura ha desplegado una campaña de propaganda para intentar vender el relato de que “el bloqueo norteamericano, que les impide acceder a las nuevas tecnologías, es la causa que provoca la subida de precio y dolarización de internet”.
El lunes 2 y el martes 3 de junio, directivos de Etecsa, un viceministro del Ministerio de Comunicaciones y Ricardo Rodríguez González, actual presidente de la FEU -un apéndice institucional de la dictadura- participaron en el programa Mesa Redonda con el intento de frenar el descontento en el sector universitario. Los directivos prometieron a los estudiantes la posibilidad de poder comprar otro paquete de seis gigabytes, a un costo de 360 pesos, equivalente a un dólar, además de abrir sitios de navegación gratuitos en plataformas nacionales donde los alumnos puedan acceder a material de estudio.
Estudiantes disgustados 3m476y
La propuesta aumentó el disgusto entre los estudiantes y los cubanos en general. “No queremos pequeñas concesiones. Queremos acceder a internet de manera libre. El problema no es intentar beneficiar con supuestos gestos a los estudiantes. De lo que se trata es que todos los ciudadanos tenemos derecho a usar internet de acuerdo con nuestros intereses. El Estado no puede restringir con altos precios el a la red de redes”, señala Nuria, estudiante de bachillerato
El tarifazo ha puesto en pie de guerra a la mayoría de la población. Ortelio, jubilado, dice que su hijo me enviaba el dinero y "yo aquí recargaba con mil pesos. Eso equivalía a quince gigabytes y me alcanzaba para todo el mes. Eran cuatro dólares según el cambio en el mercado informal. Ahora él tiene que poner 35 dólares. Le dije que no me recargara más. El gobierno utiliza al pueblo como rehenes para ganar dólares”.
Amaury, generador de contenido, comenta que tiene un canal de YouTube y "semanalmente consumo entre 15 y 20 gigabytes. Ochenta gigas al mes. Ahora tendré que pagar más de 47.000 pesos. Demasiado dinero. El tarifazo es una forma que tiene el gobierno de reprimir y acallar a los que le critican”. Amaury, generador de contenido, comenta que tiene un canal de YouTube y "semanalmente consumo entre 15 y 20 gigabytes. Ochenta gigas al mes. Ahora tendré que pagar más de 47.000 pesos. Demasiado dinero. El tarifazo es una forma que tiene el gobierno de reprimir y acallar a los que le critican”.
Rodney, dueño de un negocio privado, opina que “la subida de precios va a ocasionar una nueva ola inflacionaria, pues los dueños de talleres que reparan móviles y equipos informáticos suelen estar conectados todo el día. Ahora el gasto se va a disparar y eso repercutirá en el precio del consumidor”. Incluso hasta las llamadas 'ciberclarias', que apoyan a la dictadura, se han quejado en las redes sociales del nuevo tarifazo de Etecsa. María del Carmen Hernández, madre de la periodista Leticia Martínez, jefa del equipo de comunicación de Díaz-Canel, publicó que con los nuevos precios no podrá “defender a la revolución en las redes sociales”.
Mientras Tania Velázquez, presidenta de Etecsa, justifica el alza de precios debido a la obsolescencia tecnológica y una caída del 60 por ciento en la entrada de divisas a Etecsa, una información publicada el 2 de junio por El Nuevo Herald revelaba que la empresa cubana Rafin S.A, controlada por militares y accionista de Etecsa, en agosto de 2024 tenía 407 millones de dólares en efectivo, dos veces y media más que los 150 millones de dólares anuales que necesita el monopolio de telecomunicaciones para mantener sus servicios.
Reinier, estudiante universitario, desconoce si el nuevo tarifazo de Etecsa será la chispa que provoque un estallido social. “En el actual contexto puede pasar de todo”, dice. Y Cuba es una lija de fósforo. Cualquier roce puede generar un fuego.
@DesdeLaHabana